Un día, en una pausa en el estudio de grabación, una pulga me dijo:
Yo le dije que me disculpara, fuere lo que fuere que yo hubiese hecho; que no había sido mi intención, que si hubiese sabido que a ella le molestaría mi actitud hubiera actuado de otra manera.
Y ella me respondió:
Hablo en argentino, le dije yo. Y ella respondió:
¿Un qué?, pregunté yo sin haber entendido lo que me había dicho.
Bueno, le dije mientras salíamos abrazados del estudio.
Al cruzar la calle le advertí: “mire que yo no tomo alcohol”, y ella me dijo:
Mientras nos reíamos como locos tuvimos que apurar el paso porque un colectivo quería pasarnos por encima.
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